El Castillo de Púbol, ubicado en el pintoresco Baix Empordà, es uno de los lugares más intrigantes de Cataluña, no solo por su imponente arquitectura medieval, sino por el legado que dejó Salvador Dalí. Este castillo, adquirido por el genial pintor en 1969, fue un regalo exclusivo para su musa, Gala, y se convirtió en un refugio casi secreto para ella.
El castillo no solo fue un lugar íntimo para Gala, sino también su lugar de descanso final, ya que está enterrada en una de las criptas del castillo, lo que añade un aire místico y personal a este espacio. A lo largo de este blog, exploraremos los secretos, anécdotas y curiosidades que hacen del Castillo de Púbol una parada imprescindible para los amantes de la historia, el arte y el legado del gran Salvador Dalí.
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Arquitectura del Castillo de Púbol
El Castillo de Púbol destaca por su imponente arquitectura medieval, que data de los siglos XI y XIII. A pesar de las diversas modificaciones a lo largo del tiempo, su estructura original gótico-renacentista se ha mantenido prácticamente intacta.
El castillo se caracteriza por su diseño sobrio y austero, con gruesas paredes de piedra, torres defensivas y ventanas estrechas que evocan su pasado feudal. Cuando Salvador Dalí adquirió el castillo en 1969, respetó su esencia medieval, aunque incorporó algunos elementos decorativos que añadían un toque surrealista, especialmente en su interior, con detalles artísticos que reflejan su estilo.
Un regalo de Dalí para su musa, Gala
El Castillo de Púbol fue un regalo muy especial que Salvador Dalí hizo a su musa y esposa, Gala. Dalí había prometido a Gala una villa italiana, y al descubrir el castillo en Púbol, quedó encantado con su aspecto, que recordaba a los castillos de la Toscana. Con esta adquisición en 1969, Dalí cumplió su promesa, convirtiendo el castillo en un refugio exclusivo para Gala, donde él solo podía visitarla con su consentimiento. Este gesto fue una muestra del profundo amor y devoción que el artista sentía por su musa, y el castillo refleja su relación de manera única y simbólica.
Dalí intervino en la restauración y decoración del castillo, añadiendo detalles surrealistas que, aunque respetaban la estructura medieval original, imprimían su sello personal en cada rincón. Gala residió allí durante largas temporadas, y el castillo se convirtió en su santuario privado, alejado del bullicio, en el que solo permitía el acceso de quien ella decidiera, incluido Dalí.
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El Trono de Gala
En el interior del Castillo de Púbol, uno de los objetos más fascinantes y representativos es el Trono de Gala, que simboliza el poder casi monárquico que Salvador Dalí le confería a su musa. Este trono, situado en una de las salas más destacadas del castillo, fue diseñado para que Gala se sintiera como una verdadera reina en su santuario personal.
Dalí, siempre fiel a su estilo surrealista y a su devoción por Gala, no escatimó en detalles a la hora de crear un entorno que realzara su figura. El trono, rodeado de una atmósfera solemne, no solo es una pieza decorativa, sino un reflejo del peculiar universo que Dalí creó para ella, donde Gala era la soberana indiscutible. Cabe destacar que este asiento cuenta, en el respaldo, con una pintura al óleo de un paisaje creado por el mismo pintor.
El castillo fue concebido como un refugio privado para Gala, y el trono representa esa sensación de exclusividad y poder que ella ejercía sobre este espacio. En muchas ocasiones, Dalí se refería a Gala como su reina, y este trono es una clara manifestación de ese concepto.
El coche propio de Salvador Dalí
Salvador Dalí tuvo una fascinación profunda por los automóviles, los cuales aparecen recurrentemente en su obra, cargados de simbolismo y surrealismo. Uno de los ejemplos más destacados es su famosa creación, el Taxi lluvioso, una instalación presente en el Museo Dalí que incluye el Cadillac que Gala conducía y con el que ambos recorrieron Estados Unidos de costa a costa.
Los coches no eran simplemente un medio de transporte para Dalí, sino una extensión de su mundo artístico. Su Datsun 180B Wagon, que hoy se expone en el Castillo de Púbol, es una muestra más de este interés.
Aunque más funcional que sus representaciones artísticas como los Automóviles vestidos, el Datsun refleja su particular visión de los coches como objetos con personalidad y valor estético. Para Dalí, los coches eran más que máquinas; eran metáforas de movimiento, poder y modernidad, integradas tanto en su vida personal como en su obra artística.
La lápida vacía de Dalí
Uno de los aspectos más conmovedores del Castillo de Púbol es la presencia de una lápida vacía destinada a Salvador Dalí, junto a la tumba de Gala, en la cripta del castillo. Aunque Dalí finalmente fue enterrado en el Teatro-Museo Dalí de Figueres, respetando su deseo de descansar en su ciudad natal, esta tumba vacía refleja el deseo del artista de estar siempre junto a su amada.
Siguiendo su costumbre de dormir a la derecha de Gala, su tumba fue diseñada con un agujero entre ambas criptas, para que, simbólicamente, pudieran darse la mano para siempre. Esta disposición revela el profundo amor y la devoción que Dalí sentía por Gala, incluso en la muerte.
El Castillo de Púbol fue uno de los enclaves que marcó la relación de Dalí con su esposa Gala. Si quieres visitarlo, recuerda que con los servicios de traslado compartido y servicios de traslado privado de Shuttle2Sun, puedes llegar a Girona y la Costa Brava, desde el aeropuerto de Barcelona, el puerto de Barcelona y el aeropuerto de Girona. También están disponibles desde el aeropuerto de Reus y la estación de tren AVE Camp de Tarragona. Ten en cuenta que puedes reservar tu traslado con tan solo 24 horas de antelación.
