El puerto de una ciudad costera se adentra en las aguas del mar Mediterráneo. La tradición marinera todavía vive entre sus ciudadanos, que recuerdan la historia milenaria de este municipio. Se trata de Vilanova i la Geltrú, resultado de una unión de dos núcleos limítrofes, anteriormente, Vilanova de Cubelles y La Geltrú. Ahora, capital de la comarca del Garraf, es una localidad que desprende cultura por sus poros, reflejada en los múltiples museos y actividades que organiza a lo largo de todo el año.
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Historia de Vilanova i la Geltrú
Los primeros vestigios de la ciudad se remontan al siglo VI a.C., con la instalación de un poblado íbero, el poblado de Adarró, que vivió en esos terrenos hasta el siglo I a.C. Se trataba de un puerto comercial, que se dedicaba, sobre todo, a la exportación de cerámicas por el Mediterráneo. Un siglo más tarde, este poblado fue habitado por romanos.
Durante la Edad Media, los habitantes de La Geltrú estaban muy descontentos con el señor feudal de la localidad, ya que obligaba a todas las mujeres a pasar la primera noche con él, un hecho que se conoce como el derecho de pernada. A raíz de esta problemática, muchos ciudadanos se marcharon a la zona costera de La Geltrú, formando, con los años, el núcleo de Vilanova de Cubelles. En 1274, el rey Jaume I les otorgó la carta de población.
Siglos más tarde, en el XVIII, el municipio experimentó un gran crecimiento económico, gracias al comercio con las Américas, proporcionándole riqueza, no solo monetaria, sino, también, a nivel cultural.
A partir de ese momento, los habitantes empezaron a crear diversas asociaciones culturales y de ocio, las cuales se reunían en los grandes jardines que se habían construido en la villa. Por ese motivo, en el siglo XIX, se conocía Vilanova como la Habana Chica.
La localidad también vivió un crecimiento exponencial de la industria textil en el siglo XIX, un hecho que se consolidó con la industria Pirelli, fábrica de cable eléctrico, a principios del XX.
La llegada del ferrocarril marcó un antes y un después, atravesando la ciudad entre los dos núcleos. Este hecho hizo repensarse la ordenación urbana, provocando el ensanche de la población.
Museos
La galería más representativa de la ciudad es el Museo del Ferrocarril de Cataluña, donde encontrarás la única réplica del primer tren que circuló en territorio español. Este espacio está compuesto por diversos ámbitos. Por un lado, el depósito de agua, elemento clave para el funcionamiento de las locomotoras de vapor. También, el edificio de servicios del museo, construido en los años 70, y que, actualmente, incluye un área familiar y colecciones de objetos ferroviarios, así como una gran biblioteca y una sala de proyección audiovisual.
El museo también cuenta con el Espacio Siglo XXI, una sala de exposiciones temporales. En la zona de muestra de ferrocarriles antiguos, podrás observar el Talgo II, del año 1950; y dos locomotoras más de las series 353 y 354; el coche americano Harlan, de lujo, comprado por el promotor del ferrocarril en Vilanova, Francesc Gumà; la locomotora diésel 1801; y la locomotora MZA 168; entre otros.
También podrás ver la nave del taller de construcción, con un puente-grúa; y el Puente de Pineda, primer puente de hierro construido por la compañía La Maquinista Terrestre y Marítima de España. Si vienes a Vilanova i la Geltrú con la familia, no puedes perderte las visitas guiadas al museo.
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Otra de las joyas que son de visita obligada son el Museo Romántico Can Papiol, casa de la familia Papiol, construida a finales del siglo XVIII, donde podrás conocer cómo vivieron en aquella época; la Masia d’en Cabanyes, casa-museo de estilo neoclásico, en la que vivió el poeta Manuel de Cabanyes; l’Espai Far, donde podrás conocer el patrimonio marinero de la localidad, a través de tres exposiciones permanentes; y la Torre Blava, construida a finales del siglo XIX como elemento defensivo, y que, posteriormente, Josep Guinovart convirtió en espacio de homenaje al mar y a su gente.
Naturaleza
Este otoño es ideal para que disfrutes de la naturaleza que te proporciona el entorno de Vilanova i la Geltrú, gracias a sus numerosos parques y espacios verdes. Dentro de la ciudad, paralelo a la playa, se encuentra el Parc Ribes Roges, junto al Museo del Ferrocarril de Cataluña.
Lo que más caracteriza esta zona verde es el trenecito que lo recorre, gestionado por la entidad Els Amics del Ferrocarril de Vilanova i la Geltrú – AFEVI.
Se trata de un recorrido de unos 640 metros, que también puedes realizar a pie, caminando al lado. Es una opción ideal si viajas con los más pequeños de la casa, ya que podréis subiros en los vagones de este tren en miniatura.
Por otro lado, en las afueras, se encuentra el Parc del Garraf, de más de 12.000 hectáreas, donde puedes realizar diferentes rutas de senderismo; y el Parc d’Olèrdola, una atalaya que cuenta con un conjunto monumental y la Iglesia de Sant Miquel.
También, el Parc del Foix, situado en el centro de las comarcas del Garraf, con una superficie de más de 3.000 hectáreas. El Espacio de Interés Natural Els Colls – Miralpeix, un espacio de 2,5 km de extensión. Y, si quieres sentirte todo un historiador, puedes recorrer el antiguo Camí Ramader de la Marina, conocido también como de la Carrerada Reial de la Cerdanya.
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