De los creadores de las tradiciones catalanas extrañas más extendidas por Cataluña como el “cagatió” y los “castellers”, te presentamos una más, la Calçotada. Los esenciales para que esta gran comida sea un éxito son el buen tiempo al aire libre, familiares o amigos, un babero y ganas de ensuciarse las manos. Sigue leyendo este post para descubrir qué es una Calçotada, sus orígenes y cómo se celebra en la Costa Dorada.
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¿Qué es un calçot?
El calçot es una de las muchas comidas típica en la Costa Dorada y símbolo de la gastronomía catalana, que consiste en una cebolla blanca que tiene origen en la región de Valls, Tarragona. Su forma única alargada se debe a su diferente forma de cultivación, ya que se calza con más tierra. En catalán, calzar es traducido como “calçar”, aquí se encuentra el origen de esta curiosa comida. Hoy en día, se ha extendido en toda Cataluña, en algunas provincias de España e, incluso, fuera del país. Francia, Bélgica y Alemania son algunos de los países en el que se exportan los calçots y disfrutan de esta comida catalana.
El calçot, al ser prácticamente una cebolla, tiene muchas propiedades beneficiosas para la salud. Es un ingrediente rico en vitaminas y minerales, como el hierro, zinc, fósforo o potasio. También tienen propiedades que ayudan a la digestión.
La temporada de calçots se sitúa entre los meses de noviembre y abril, con el último domingo de enero como punto álgido ya que, en Valls, se celebra la Fiesta de la Calçotada.
Origen
La leyenda cuenta que el origen de los calçots se deba al “Xat de Benaies”, un famoso agricultor que vivía en la localidad de Valls a finales del siglo XIX.
Este agricultor decidió intentar aprovechar las cebollas viejas que iba a tirar, así que las peló, las echó al fuego y, para su sorpresa, descubrió que su interior no era fibroso y tenían un sabor muy dulce. Este descubrimiento se extendió en todas las casas de la región, luego en toda la província de Tarragona y el Baix Camp, creciendo su popularidad exponencialmente.
Este es el origen más establecido para esta comida, pero lo cierto es que en la ciudad de Brigetio, Hungría, se encontró una pintura que data en el siglo III, en la época romana, donde aparece un lugareño comiendo un “porrus capitatus”, un calçot. Tras un estudio de la pintura, el arqueólogo László Borhy afirmó que lo que sujetaba el protagonista en la pintura era un calçot, además, hay muchas otras referencias en la literatura latina en la que aparece que los romanos ya utilizaban esta comida en platos.
Os dejamos a vuestra elección creer en el origen que más os convenza, lo que no nos podéis negar es lo deliciosa que es esta comida y su divertido proceso a la hora de cocinarla.
La Salvitxada y sus acompañantes
Los calçots tendrían un sabor muy diferente y quizás no tendrían el éxito que tienen ahora si no fuera por la salsa que los acompaña, la Salvitxada, y quizás la gran olvidada. Se parece mucho a la salsa de romesco en su preparación ya que incluye ñora, tomates maduros, ajos, aceite de oliva, almendras, pan duro y un poco de perejil.
Y eso no es todo, es común acompañar el plato principal con carne hecha a la brasa, incluyendo cordero, alcachofas, patatas asadas, judías blancas y cualquier otro alimento que se considere oportuno.
Para acabar, por tradición, el postre que culmina esta rica comida es la crema catalana, como no podría ser de otra manera. Para explicar este postre quizás necesitemos otro artículo entero, pero os adelantamos que estás riquísimo.
El proceso de la Calçotada y su preparación.
Los calçots son como la paella, a cada persona les queda de diferente sabor dado el misterio en su proceso de elaboración. El agua, el sol y el clima son factores fundamentales para el éxito de su resultado, aunque seguramente alrededor de las localidades de Tarragona y de la comarca del Baix Camp os digan que es la dedicación y el amor.
Para cocinarlos, se necesita un buen fuego hecho en leña y, cuando estos están totalmente negros en su parte externa, se retiran de la parrilla para luego envolverlos en papel de periódico con el objetivo que no se enfríen en el momento que se coman. A continuación, se sirven sobre una teja y con la salsa de acompañante.
Una vez los calçots ya están cocinados, se procede a poner la carne, y los otros alimentos que se hayan querido, acompañar en la brasa, para que se vaya cocinando de forma lenta. Para finalizar, se sirve la crema catalana como postre y culminación de la comida.
El procedimiento de comer los calçots es muy divertido. Empieza con ponerse el babero, ya que para que una Calçotada sea buena, tendrás que acabar con los dedos negros a causa del tiznado de sus capas exteriores. Una vez preparado, se coge el calçot por el extremo superior de sus hojas, se retira la parte de la piel quemada con la otra mano y, mojado en salsa, se eleva a lo alto para después introducirlo en la boca y disfrutar de su sabor.
Si no dispones de un sitio en el aire exterior para realizar la Calçotada, ¡no te preocupes! Muchos restaurantes aprovechan esta temporada alta y ofrecen calçotadas en sus establecimientos. Os recomendamos cualquier restaurante de Valls, la localidad de Tarragona, donde tienen origen los calçots. Por ejemplo, Cal Ganxo es un sitio especializado que solo ofrecen Calçotadas, acompañándola con carne de cordero, longaniza y butifarra negra.
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