En el corazón de Tarragona, capital de la provincia catalana que lleva su nombre, se alza uno de los edificios tarraconenses más importantes del siglo XX, que marcó un antes y un después en el comercio de la ciudad. El Mercado Central se presenta con su majestuosidad arquitectónica, el cual se ha ido convirtiendo, con el paso de los años, en un lugar de encuentro y de compra de productos de excelente calidad.
Queremos que conozcas, en profundidad, la historia y evolución de este reconocido mercado, así como su arquitectura y entorno, ya que se trata de uno de los puntos más concurridos de la ciudad. Si visitas Tarragona en cualquier época del año, debes dedicar un rato de tu estancia en descubrir las bondades de este edificio, y, de paso, disfrutar de su magnífica gastronomía, en su interior.
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Historia del Mercado Central de Tarragona
El consistorio de Tarragona, con el objetivo de centralizar los diferentes mercadillos que se desperdigaban por toda la ciudad, inició un nuevo proyecto, a principios del siglo XX, para construir un gran mercado en la parte alta de la localidad.
Después de un estudio exhaustivo, en 1911 se decidió cambiar la ubicación de este, por un punto más alejado de la urbe, muy próximo al Portal del Roser, donde actualmente se encuentra ubicado el monumento a Eduard Saavedra, historiador, ingeniero de caminos, arqueólogo y arabista.
Un año más tarde, en 1912, el ayuntamiento volvió a cambiar su localización, pasando a ser la plaza del Progrés, actualmente conocida como plaza Corsini, enclave que se mantiene hasta la actualidad.
Este nuevo cambio se debió a que quisieron que el nuevo mercado se encontrara más cerca del ensanche de la ciudad.
El diseño de la estructura del Mercado Central fue encargado al arquitecto municipal tarraconense Josep Maria Pujol de Barberà, un reconocido urbanista que plasmaba en sus obras el estilo modernista de la época. El presupuesto fue de casi 250.000 pesetas de la época, equivalentes a unos 1.000 euros actuales.
Finalmente, el nuevo Mercado Central de Tarragona fue inaugurado el 19 de diciembre de 1915, un hecho que también contribuyó al desarrollo de su entorno más próximo, como la misma plaza y las calles adyacentes.
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Arquitectura modernista
Con una superficie de hasta 2.400 metros cuadrados y, en aquel momento, con una sola planta, el Mercado Central de Tarragona se caracteriza por ser un espacio diáfano, de una sola nave, cubierto por una gran bóveda de crucería. Para mantener su majestuosa estructura, se utilizaron columnas de forja. Por otro lado, la fachada del edificio destaca por sus grandes ventanales que aportan luz natural al interior del edificio.
Este magnífico equipamiento de Josep Maria Pujol de Barberà posiblemente te recuerde al Mercado del Born, en Barcelona, del maestro de obras español Josep Fontserè i Mestre; y a la estación de metro de Karlsplatz, en Viena, obra del famoso arquitecto austriaco Otto Wagner; ambos de estilo modernista.
Una extraordinaria reforma, en 2017
Después de casi 100 años desde su construcción, se decidió realizar una gran reforma de la infraestructura, a cargo de los arquitectos Rafael Cabré Villalobos y Jesús Molina Aragonés, que duró unos 10 años y necesitó de una inversión de 47 millones de euros.
Con esta remodelación, su superficie ha aumentado hasta los 22.000 metros cuadrados, con la construcción de una planta inferior al mercado, donde se ubica un supermercado, y un aparcamiento subterráneo. Y, en la cubierta, se ha realizado un diseño en cerámica, siguiendo el estilo modernista original. A pesar de la modernización del edificio, se ha conseguido mantener la estética del siglo XX, como es la cubierta metálica y la fachada.
El nuevo reloj carrillón, todo un espectáculo
En la puerta principal del mercado, que da a la plaza Corsini, podrás disfrutar del espectáculo del reloj carrillón que anuncia las horas del día. Esta joya, formada por diferentes elementos del Seguici Popular de Tarragona, es obra del tarraconense Joan Sarramià. Encontrarás al Àliga, el Lleó, el Gegant y la Geganta, la Negrita y el Nano Capità.
Durante todo el año, puedes observar su actuación y su melodía versionada de la canción ‘Amparito Roca’, a las doce del mediodía y las seis de la tarde, todos los días de la semana. Además, en verano, también aparece, una vez más, a las ocho de la tarde.
Un espacio de gastronomía
Actualmente, el Mercado Central de Tarragona cuenta con unas cuarenta paradas, con productos muy diversos, de excelente calidad y de proximidad, desde fruta y verdura, pescado, carne y pastelería, entre muchos otros. Además de hacer la compra, también podrás degustar zumos de fruta, sushi elaborado al momento y menús diarios, con una gran variedad de platos. Asimismo, podrás adquirir comida para llevar, desde paella, exquisitos guisos y ensaladas.
La plaza Corsini, un lugar de encuentro
La plaza Corsini, o plaza del Mercat, ha sido un lugar de encuentro y dinamismo desde que se inauguró el mercado. Es curioso saber que, antaño, llevaba otro nombre, Plaça del Velòdrom, y, a principios del siglo XX, se la conocía como plaza del Progrés.
En la actualidad, esta plaza también acoge un mercadillo ambulante, los martes y jueves; así como el mercadillo de Sant Quadrat, de antigüedades y objetos exclusivos, los viernes. Cabe destacar que, ambos, durante la reforma del mercado, estuvieron ubicados, de forma provisional, en la Rambla Nova, una de las vías más transitadas de la ciudad.
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