Las vías ferratas son una experiencia inigualable para quienes buscan combinar la adrenalina del deporte con la belleza de la naturaleza. Estas rutas permiten a los aventureros escalar acantilados y montañas con seguridad, disfrutando de vistas espectaculares y rincones que, de otro modo, serían inaccesibles.
Ideales para aquellos que buscan emociones fuertes y una conexión profunda con la naturaleza, las vías ferratas son una invitación a explorar y superar los propios límites mientras se disfruta de la majestuosidad del entorno natural. En este artículo, te vamos a hablar sobre la Vía Ferrata Cala de Molí, ubicada en Sant Feliu de Guíxols, en la Costa Brava, muy cerca de otras localidades turísticas, como Tossa de Mar y Platja d’Aro.
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¿En qué consisten las vías ferratas?
Las vías ferratas son rutas verticales u horizontales equipadas con elementos como cables de acero, peldaños metálicos, puentes y otras instalaciones que permiten a los aventureros escalar acantilados, montañas y otras formaciones rocosas de manera segura. Estas rutas proporcionan una experiencia única, combinando la emoción de la escalada con la seguridad de los elementos fijos, lo que las convierte en una opción popular tanto para escaladores experimentados como para principiantes que buscan un desafío emocionante.
Las vías ferratas están diseñadas para ser recorridas utilizando un equipo básico de escalada, que incluye un arnés, una cuerda de vida, y mosquetones de seguridad. El nivel de dificultad se suele medir con la escala Hüsler, y puede variar considerablemente, desde rutas sencillas y accesibles para principiantes hasta recorridos más técnicos y desafiantes que requieren mayor experiencia y fuerza física.
Origen y evolución de estas rutas
El concepto de estas rutas se originó en los Alpes durante la Primera Guerra Mundial. Fueron utilizadas por los soldados italianos y austrohúngaros para moverse a través de las montañas en la frontera entre Italia y Austria, permitiéndoles transportar equipos pesados y suministros por terrenos montañosos difíciles. Estas primeras vías ferratas estaban equipadas con escaleras de hierro y cables, similares a los que se utilizan hoy en día.
Después de la guerra, las vías ferratas comenzaron a ganar popularidad entre los alpinistas y excursionistas civiles, quienes las apreciaban como una manera segura y accesible de disfrutar de las montañas. Con el tiempo, se convirtieron en una actividad recreativa popular en Europa, especialmente en los Alpes y Dolomitas. En España, estas vías también han experimentado un notable crecimiento en popularidad en las últimas décadas, encontrando numerosas opciones en todo el territorio.
Recuerda que puedes llegar hasta Sant Feliu de Guíxols, con los servicios de traslado compartido y servicios de traslado privado de Shuttle2Sun, desde el aeropuerto de Barcelona, el puerto de Barcelona y el aeropuerto de Girona. También están disponibles desde el aeropuerto de Reus y la estación de tren AVE Camp de Tarragona.
Conoce la Vía Ferrata Cala del Molí, en Sant Feliu de Guíxols
La Vía Ferrata Cala del Molí, en la localidad costera de Sant Feliu de Guíxols, es una de las rutas más espectaculares de España. Ubicada en plena Costa Brava, es la única vía ferrata en Europa que discurre sobre el mar, lo que la convierte en una actividad obligada para los amantes de la aventura.
El recorrido de la Cala del Molí se extiende a lo largo de unos 480 metros, con una altura máxima de 28 metros sobre el nivel del mar, repartido en dos tramos diferenciados. La dificultad de la vía es considerada de nivel medio, lo que la hace accesible para aquellos con algo de experiencia en ferratas, aunque también es adecuada para principiantes que buscan un desafío emocionante. En total, cuenta con 7 puentes diferentes.
El primer tramo es más sencillo y permite familiarizarse con el entorno y la técnica necesaria para avanzar con seguridad. En este tramo, los escaladores se encuentran con pequeños puentes y pasos horizontales que les permiten disfrutar de vistas impresionantes del Mediterráneo.
La segunda parte, sin embargo, presenta un desafío mayor. En 2021, se reformó este segundo tramo, consiguiendo una dificultad más elevada, aplicando la modalidad Escalfer, la cual combina la escalada con la vía ferrata.
El tiempo estimado para completar la Vía Ferrata Cala del Molí es de entre dos a tres horas, dependiendo del ritmo y la experiencia del grupo. Es recomendable llevar equipo adecuado, incluyendo casco, arnés, y disipadores de energía, así como agua y protección solar, dado que la vía está expuesta al sol la mayor parte del recorrido.
Una experiencia única en la Costa Brava
La Vía Ferrata de la Cala del Molí no solo es un reto físico, sino también una oportunidad para conectar con la naturaleza de una manera única. Cada paso en la ruta ofrece nuevas perspectivas del paisaje costero, y la proximidad constante al mar crea una sensación de aventura que difícilmente se encuentra en otros lugares.
A lo largo del recorrido, los escaladores se ven inmersos en un entorno donde la roca, el mar y el cielo se combinan para ofrecer una experiencia verdaderamente inolvidable. Esta vía ferrata es, sin duda, una joya de la Costa Brava y un ejemplo perfecto de cómo la aventura y la naturaleza pueden unirse para crear algo extraordinario.
Atrévete a probar esta magnífica vía ferrata escondida en el corazón de la Costa Brava. Llega hasta la localidad de Sant Feliu de Guíxols o a las poblaciones cercanas, como Tossa de Mar y Platja d’Aro, con los servicios de traslado compartido y servicios de traslado privado de Shuttle2Sun, desde el aeropuerto de Barcelona, el puerto de Barcelona y el aeropuerto de Girona. También están disponibles desde el aeropuerto de Reus y la estación de tren AVE Camp de Tarragona. Ten en cuenta que puedes reservar tu traslado con tan solo 24 horas de antelación.
