Pasear junto al mar, mientras el dulce viento revolotea por tu cabello, despeinándolo, es un privilegio y una de las sensaciones más agradables que puedes vivir en una ciudad o pueblo bañado por el agua salada. ¿Y si te dijera que Tarragona cuenta con uno de los miradores más característicos de la provincia, con vistas increíbles del litoral mediterráneo? La ciudad romana por excelencia en el territorio catalán no solo puede presumir de su magnífica arquitectura de esa época, sino que también cuenta con otros lugares de lo más distintivos.
Seguro que, si has visitado Tarragona alguna vez, has paseado, sin saberlo, por este magnífico mirador. Y si todavía no lo has hecho, te animamos a que lo conozcas y no te pierdas ni un día más sin disfrutar de su panorámica. Se trata del conocido como balcón del Mediterráneo, un espacio ideal para observar el inmenso mar en calma, e inspirar el aire puro de su brisa, que no te dejará indiferente.
En esta publicación, te vamos a explicar el origen y datos curiosos relacionados con este balcón, para que te entren unas ganas irremediables de visitarlo. Además, debes tener en cuenta que, desde Shuttle2Sun, ponemos a tu disposición los servicios de traslado compartido y servicios de traslado privado, económicos y sostenibles, para que puedas desplazarte hasta Tarragona, desde el aeropuerto de Barcelona, el puerto de Barcelona, el aeropuerto de Reus, el aeropuerto de Girona y la estación de tren AVE Camp de Tarragona.
Tarragona, en el siglo XIX y principios del XX
La ciudad de Tarragona empezó el siglo XIX con grandes dificultades, al verse afectada, como el resto del territorio español, por la Guerra del Francés, durante la primera década. Una vez finalizado el conflicto bélico, debió hacer frente a la necesidad de remontar su economía y población. Esta recuperación permitió reiniciar las obras del puerto de Tarragona, gran motor de la ciudad, a lo largo de la historia.
Gracias al crecimiento notable del sector agrícola, con el cultivo de viñas, la ciudad consiguió recuperarse y vivir una época de esplendor, que contribuyó a la expansión del municipio más allá de las antiguas murallas.
Aun así, este período no duró mucho, ya que, al iniciarse el siglo XX, también se vivieron hechos que dificultaron, de nuevo, la vida de su población, como la dictadura de Primo de Rivera, la Segunda República y, finalmente, la Guerra Civil española.
Origen de este balcón
Este balcón, elaborado en hierro, fue diseñado, en 1889, por el tarraconense Ramon Salas i Ricomà, arquitecto tarraconense e historiador del arte; y, posteriormente, Joan Miquel Guinart fue el encargado de forjarlo y hacer realidad su forma tan característica, a principios del siglo XX. Anteriormente, el lugar en el que está el balcón en la actualidad estaba ocupado por un muro que delimitaba el paseo de les Palmeres.
Cabe destacar que, según algunas fuentes, se dice que su nombre se remonta a varios años atrás, cuando el presidente de la Primera República Española, Emilio Castelar, hizo una visita a la capital de la provincia y nombró, por primera vez, este enclave, como Balcón del Mediterráneo, por sus magníficas vistas a este mar.
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Ubicación y vistas
Si recorres toda la Rambla Nova, desde la plaza Imperial Tarraco, hacia el mar, llegarás al punto más alto de esta vía principal, la cual te invitará a maravillarte por las increíbles vistas del Mediterráneo, desde este famoso balcón. Durante este paseo hasta el mirador, podrás disfrutar de una de las zonas más concurridas, una arteria construida a mediados del siglo XIX.
En este extremo de la Rambla Nova, también se encuentra el monumento al almirante Roger de Llúria, colocado en el año 1889. Se trata de una estatua de bronce, que sigue un estilo romántico tardío, elaborada por el escultor catalán Fèlix Ferrer i Galceran, en Roma.
Dejando la rambla a tu espalda, a tu izquierda verás el Paseo de les Palmeres, el cual une el balcón del Mediterráneo con el final de la Rambla Vella y el anfiteatro romano. En este parque, también podrás disfrutar de unas vistas privilegiadas mientras paseas bajo la sombra de los árboles.
Desde el balcón del Mediterráneo, a unos 40 metros sobre el nivel del mar, podrás divisar diversos espacios representativos de Tarragona.
En primer lugar, a tus pies, encontrarás una de las principales playas que conforman su litoral, la playa del Miracle, con una extensión de unos 500 metros, la cual finaliza con la punta del Miracle, donde se ubica, también, el Fortín de la Reina, una construcción que sirvió de defensa durante la Guerra del Francés.
Además, el balcón del Mediterráneo te permite observar el puerto de Tarragona y el paseo Marítimo Rafael Casanova, que recorre toda la costa hasta llegar a las instalaciones del puerto.
La expresión popular ‘tocar ferro’
Tu visita al balcón del Mediterráneo no puede finalizar sin que hagas una de las acciones más popularizadas entre la población tarraconense. Se trata del ‘tocar ferro’ (tocar hierro), una expresión que anima a las personas que pasan por allí a tocar la barandilla como símbolo de buena suerte.
El origen de la expresión ‘tocar ferro’ se remonta a la época medieval, cuando las personas que se veían amenazadas por alguna situación, como, por ejemplo, posibles asesinatos o asaltos, se las avisaba con la expresión ‘toca ferro’, para que se mantuviesen alerta y cogieran su arma, que, en aquella época, solía ser de hierro. Este término es muy similar a la expresión de ‘tocar madera’, que también se utiliza para ahuyentar la mala suerte.
Réplica del balcón del Mediterráneo
En el paseo marítimo Rafael Casanova, bordeando la playa del Miracle, encontrarás un pequeño lugar de lo más curioso. Se trata de una réplica del famoso balcón del Mediterráneo, desde la cual se puede disfrutar de unas increíbles vistas al mar, desde otra perspectiva totalmente diferente, a escasos metros de la arena.
Ven a disfrutar de la increíble panorámica que te ofrece esta zona de Tarragona. Los servicios de traslado compartido y servicios de traslado privado de Shuttle2Sun, te permiten llegar hasta Tarragona, desde el aeropuerto de Barcelona, el puerto de Barcelona, el aeropuerto de Reus, el aeropuerto de Girona y la estación de tren AVE Camp de Tarragona.